La situación es caótica. Es la pesadilla del exilio o el clisé de una “crónica anunciada”- de muerte- que por años susurraron nuestros mezquinos libros de historia. Es la muerte, la misma muerte-bisturí que lacera desde el coxis hasta la nuca las espaldas de encamados, como mi madre, que no gozan del privilegio de una planta eléctrica. Son las bolsas de agua en los cuerpecitos de los niños recién nacidos a la sombra funesta del calentamiento del globo. Es una isla, “ubicada en un inmenso, misterioso e inaccesible océano”, según el presidente. Es la señora que no logró dializarse. Es el señor que no alcanzó a recibir la transfusión. Es la operación que no se logró a tiempo. Es la insulina dañada. Es el oxígeno que nos roban a quienes crecimos en las faldas de la cementera. Es la joven madre-trabajadora que vio sus sueños de progreso lavados por un temporal que no le pagará la próxima hora. Es el niño, de la misma madre, que pregunta: “¿Cuándo regresaremos a mi casa?”. Es el nomeimportismo de vecinos y amigos que aprovechan la causa para colocarse en altares políticos y religiosos. Es la derecha, santificada. Es la izquierda, teórica. Es el joven veinteañero y brioso, sin país ni sueños.
0 Comments
Leave a Reply. |
El intertexto en SpotifyCategories
All
Archives
April 2024
|