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Este libro sobre el metateatro hispanoamericano es revelador e innovador. [...] Y esa es una de las funciones de este texto: hacernos ver de forma distinta una realidad literaria que ha sido, en muchos casos, puesta a un lado, al fondo, casi tras bastidores, y no en el centro de la escena literaria misma. |
La andadura rítmica de los versos de Antonio Sajid suele estar más cerca de la prosa que del verso armónico tradicional. Sus ritmos responden principalmente a la efusión, al impulso, al golpe anticonvencional que desea consignar. |
Poesía Artesanal Autopublicada | Handcrafted Self-Published Poetry
Sus poemas son galerías por donde el lector puede cavilar y disiparse como los sujetos que lo protagonizan. Es una invitación a adentrarse al agujero del conejo, o si se quiere, al agujero de un cuerpo.
V. Dávila
“...no estamos aquí en presencia de uno más de la multitudinaria lista de fariseos literarios, afectados, 'culturosos' y profundamente vacíos. No. Nada de eso por aquí, señor. La poesía de Antonio está viva: vibra, late, sangra, llora a moco tendido, estruendosamente ríe, subterráneamente suspira. Y si viene cargada de referencias es porque Antonio se las carga y a través de ellas nos pasea por un mundo (el suyo y el nuestro) de lipsticks, lenguas vipéreas, tacones, músculos pubocoxígeos, asombradas chicas de provincia y amantes al borde del abismo. |
Antonio busca y halla lo estético en cualquier objeto y lo plasma con el lenguaje de todos los días. Pero no sólo busca lo estético en los objetos sino que, a través del juego con la gráfica, como los viejos poetas de la Vanguardia clásica, convierte el poema mismo en un objeto. |
A modo de síntesis, leer Entre mi sexo y mis nervios de Antonio Sajid, es como montarse en una montaña rusa. Sus versos inducen a abandonarse a los sentidos, a des-corsé-tarse, y a dejarse dominar a la vez. Estos poemas son un espectáculo hecho cuerpo donde la escritura deviene en un andamio móvil, donde cada verso posee la flexibilidad necesaria para encajar con belleza y dolor en ese pastiche que constituye el texto. |
Me gusta, by the way, cómo Antonio Sajid percibe con inteligencia de artista total, que uno está en libertad de escoger más de una forma de mutación en ese continuum vitalísimo. Uno puede, por ejemplo, extrañar y extrañarse tan intensamente en el trabajo poético que el resultado sea siniestro. Hermoso pero siniestro, el dichoso "uncanny" tan valorado en la academia. |