Este fue el comentario que hice sobre mi obra Etiologías (2017) durante su presentación el pasado viernes, 9 de junio de 2017:
A mí me gustaría hablar sobre esta obra a partir del microcuento La oveja negra de Augusto Monterroso. Y dice así: "En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra. Fue fusilada. Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque. Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura". Posiblemente este libro ocupe la función de la estatua que propone Monterroso, porque la historia nos ha demostrado que por más que proliferen las crucifixiones y, por consecuencia, las conversaciones estéticas con los actos de violencia, la humanidad sigue avanzando sin detenerse, alternando los blancos de la violencia de manera aleatoria. Esta es una mirada un poco cínica de mi parte, lo sé. De todas maneras, he preferido levantar esta estatua que representa para todos este libro con la esperanza de generar conversaciones que ocasionen otra fisura en la configuración de nuestra tradición política y social. Y sé que no estoy solo en el frente de batalla. Quiero leer uno solo de los poemas que incluye el libro-porque quiero que lo compren obviamente- y que entiendo representa bastante bien al conjunto:
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